“That there be no divisions among you” Is what Paul tells us in the second reading today. That we are to have no divisions. We are called to be united with God, our family, and his Church. God does not want us to mean and ugly to others and make ourselves better than others. He wants us to be united because if we are united then we can withstand more things that come our way. We need a firm foundation in Christ and with everyone around us. If our lives are all over the place or not calm, it is probably because we are divided with something in our lives. I think most of us will want peace in our lives, so let us strive to not be divided, or upset or angry with anyone because that will steal our peace and calm.

One of the first things that will help with our peace is being united with God. When we choose to go against God, who is the one who created us, we are choosing ourselves over what God wants. Maybe this is just me, but every time that I choose what I want instead of following God, I am not at peace with it. I have this uneasiness that something is not right, but when I do what God wants in my life, then I am at peace and happy about. It feels like the place that I am meant to be. Like being a priest. If I did not listen to God, then I might not be as happy as I am right now. I love being a priest and if did not listen, who knows what could have happen. It is when we fight God when he is telling us what will be good for us is when we will not have peace in our lives. There will be restlessness. So, if you are restless with God right now, then start searching for what he wants in your life.

This can also be the case with our family. When we are divided against our family, we will have this restlessness or uneasiness that something is wrong, and I am sure that it is your conscience telling you something is wrong. Our conscience can be a great indicator of when something is wrong, and we need to fix something. We all cause family drama, with our actions, with our words, and with our body language. It is not just the other person; it takes two people to have a relationship and you might have caused something to get the other person to react. So, when this happens talk to them. This is important, you cannot change something without talking with them and making amends and apologizing to them. Also, you do not have to wait for the other person to apologize first because they might be thinking the same things. Please do not wait until it is too late to make amends with them, just do it now.

The last thing is that we could be divided against the Church. This could a few different things, from not agreeing with the Churches teaching on something, to not liking the whole body of Christ, AKA not liking one person at church, to not fully receiving all the sacraments that you can get. Any of these can be straight forward to change. If you do not agree with something, then do some research and ask questions on what we believe because sometimes it could be we do not understand the reasons. Or we have a problem with someone in the Church, just like with our family, talk with them, and make amends with them. Settle your differences. The last one can take time but can be easier receive all the sacraments you can. If you are not married in the Church, get married in the Church. I would love to be busy every single Saturday afternoon if that means that you can receive the Eucharist and confession. Or if you are a parent of a kid who has not received baptism, first Eucharist, and confession, then come and fill up our classes. They need to receive those sacraments to they can continue their own journey with God. These sacraments are given to us to help us make holy and every time that we choose to not receive them, we are not receiving all the graces that God wants to give us. So please come and change that.

All these things are what St. Paul is talking about in the Second reading today. He wants everyone to be at peace with God, our family, and the Church.

“No haya divisiones entre ustedes”, nos dice Pablo en la segunda lectura de hoy. Que no debemos tener divisiones. Estamos llamados a estar unidos con Dios, nuestra familia y su Iglesia. Dios no quiere que seamos malos y feos con los demás y que nos hagamos mejores que los demás. Él quiere que estemos unidos porque si estamos unidos podemos soportar más cosas que se nos presenten. Necesitamos un fundamento firme en Cristo y con todos los que nos rodean. Si nuestras vidas están descontroladas o no son tranquilas, probablemente se deba a que estamos divididos con algo en nuestras vidas. Creo que la mayoría de nosotros queremos paz en nuestras vidas, así que esforcémonos por no estar divididos, molestos o enojados con nadie porque eso nos robará la paz y la calma.

Una de las primeras cosas que nos ayudará en nuestra paz es estar unidos a Dios. Cuando elegimos ir en contra de Dios, quien es quien nos creó, nos estamos eligiendo a nosotros mismos por encima de lo que Dios quiere. Tal vez solo soy yo, pero cada vez que elijo lo que quiero en lugar de seguir a Dios, no estoy en paz con eso. Tengo esta inquietud de que algo no está bien, pero cuando hago lo que Dios quiere en mi vida, entonces estoy en paz y feliz. Se siente como el lugar en el que estoy destinado a estar. Como ser sacerdote. Si no escuchara a Dios, entonces podría no ser tan feliz como lo soy ahora. Me encanta ser sacerdote y si no hubiera escuchado, quién sabe lo que podría haber pasado. Es cuando peleamos con Dios cuando nos está diciendo que lo que nos irá bien es cuando no tendremos paz en nuestra vida. Habrá inquietud. Entonces, si estás inquieto con Dios en este momento, entonces comienza a buscar lo que Él quiere en tu vida.

Esto también puede ser el caso de nuestra familia. Cuando estemos divididos en contra de nuestra familia, tendremos esta inquietud o malestar de que algo anda mal, y estoy seguro que es su conciencia diciéndole que algo anda mal. Nuestra conciencia puede ser un gran indicador de cuando algo anda mal y necesitamos arreglar algo. Todos causamos drama familiar, con nuestras acciones, con nuestras palabras y con nuestro lenguaje corporal. No es solo la otra persona; se necesitan dos personas para tener una relación y es posible que hayas causado algo para que la otra persona reaccione. Entonces, cuando esto suceda, habla con ellos. Esto es importante, no se puede cambiar algo sin hablar con ellos y hacer las paces y disculparse con ellos. Además, no tienes que esperar a que la otra persona se disculpe primero porque podría estar pensando lo mismo. Por favor, no espere hasta que sea demasiado tarde para hacer las paces con ellos, simplemente hágalo ahora.

Lo último es que podamos estar divididos contra la Iglesia. Esto podría ser por algunas cosas diferentes, desde no estar de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia en algo, hasta no gustarle todo el cuerpo de Cristo, es decir, no gustarle una persona en la iglesia, hasta no recibir completamente todos los sacramentos que puede obtener. Cualquiera de estos puede ser sencillo de cambiar. Si no está de acuerdo con algo, investigue un poco y haga preguntas sobre lo que creemos porque a veces puede ser que no entendamos las razones. O tenemos un problema con alguien en la Iglesia, al igual que con nuestra familia, hablar con ellos y hacer las paces con ellos. Resuelva sus diferencias. El último puede tomar tiempo pero puede ser más fácil recibir todos los sacramentos que puedas. Si no está casado por la Iglesia, cásese por la Iglesia. Me encantaría estar ocupado todos los sábados por la tarde si eso significa que puedes recibir la Eucaristía y la confesión. O si eres padre de un niño que no ha recibido el bautismo, la primera eucaristía y la confesión, entonces ven y completa nuestras clases. Necesitan recibir esos sacramentos para poder continuar su propio camino con Dios. Estos sacramentos nos son dados para ayudarnos a santificarnos y cada vez que elegimos no recibirlos, no estamos recibiendo todas las gracias que Dios quiere darnos. Así que por favor ven y cambia eso.

De todas estas cosas habla San Pablo en la Segunda lectura de hoy. Él quiere que todos estén en paz con Dios, nuestra familia y la Iglesia.